Un leasing financiero es un tipo de arriendo por conceptos financieros que constituye un modo de inversión para las empresas. El leasing se debe configurar en conjunto con los clientes, ya que deberán conocer las condiciones que se asignan a la empresa al momento de la compra o adquisición de un bien de capital.
En este tipo de negocios se debe contar con un contrato de leasing financiero, el cual deberá indicar el tipo de arriendo, los pagos mensuales que quedarán en acuerdos, los % de intereses, los seguros que incluya, las mantenciones en caso de ser maquinarias y herramientas, y todo lo que contemple la negociación.
También existe un leasing financiero que, al momento de finalizar el negocio, está con opción de compra, por lo que esto también debe ir en el tipo de contrato.
El leasing operativo es una modalidad de alquiler contemplada para favorecer a la rentabilidad de una empresa. Es por ello precisamente que es exclusiva para empresas y no cualquier bien puede ser arrendado mediante un leasing operativo. Este debe ser específicamente un activo empresarial (que contribuya al crecimiento de la empresa). Por esta razón, los bienes arrendados son normalmente bienes considerados durables como el uso de automóviles en compañías mineras o vehículos de tracción en la industria de construcción.
Otra característica de este tipo de alquiler de activos es que la empresa que arrienda nunca deja de ser propietaria del bien. Por ello, esta se hace responsable del coste de instalación, mantenimiento y funcionamiento del activo. No obstante, en caso la empresa que arrienda dañe el bien durante su uso, la empresa arrendadora, dependiendo de las estipulaciones del contrato, puede exigir el pago de los costes de arreglo o costes derivados de la reparación del activo.